"El día que temo yo en tí confío..." -Sal. 56:3
¿Es posible
experimentar paz profunda bajo aflicción?
Enfrentar la amenaza de una
enfermedad, un accidente automovilístico grave, un descalabre financiero o
familiar, un desastre de la naturaleza o una crisis nacional; son algunas de
las tragedias que unos u otros hoy debemos enfrentar. Podemos vivir con esperanza,
con serenidad y atravesar estos valles tenebrosos impulsados por el gozo de
Papá el cual es nuestra fuerza; y con su paz, la cual es trascendente,
inexplicable y para cada hija (o) suyo.
Vivimos en un mundo caído. Dios
mismo maldijo a la tierra: "Por
cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer
¡maldita será la tierra por tu culpa!" Gn. 3:17. Es por eso que desde
entonces, la existencia del ser humano experimenta el dolor y la muerte, en un
claro proceso de involución, tanto en su cuerpo como en toda la creación. Jesús
prometía a los suyos: "Yo les he
dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo." -Jn. 16:33.
¡Este planeta aún es muy hermoso! Sin embargo, las aflicciones son parte del
estado de guerra, propio de la vida de los cristianos, en un mundo al que no
pertenecemos. Por lo cual, Cristo es la fuente donde hallamos paz. Si usted se
considera hija (o) de Papá Dios, no se acomode mucho, estamos en territorio
hostil, estamos en una guerra sobrenatural y sin tregua; pero no tema ¿Cómo
pelea sus batallas cuando sabe que la guerra ya fue ganada?
La paz de Cristo, es de carácter
celestial, diferente a la paz humana: "La
paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No
se angustien ni se acobarden." -Jn. 14: 27. Pablo apóstol, define esta
paz como trascendente: "4 Alégrense
siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad sea evidente a
todos. El Señor está cerca. 6 No se inquieten por nada; más bien, en toda
ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y
sus pensamientos en Cristo Jesús." Fil. 4: 4-7. Debemos cambiar el
hábito de afanarnos, de angustiarnos, de entregarnos a la ansiedad, al estrés;
por el hábito de la oración apasionada. Cada vez que nos asalta el afán, la
angustia (así como el enojo, la depresión, etc.) caigamos de rodillas clamando,
pidiendo y dando gracias. Esa acción de dependencia y Fe, detona la paz
inexplicable de Dios. La expresión "cuidará
sus corazones" (v.7) significa que esta paz nos rodea y protege, así
como un poderoso ejército guarda una ciudad.
La fuente de esta paz
sobrenatural es Dios. No sólo se trata de experimentar una sensación de
serenidad frente a las aflicciones; sino que nuestra paz es una persona
gloriosa, es Él, Papá muy dentro de nosotros. Y al asirlo a Él y elegirle en la
práctica de vida, su presencia nos asegura su reposo interior, seguridad,
esperanza. Pablo continúa diciendo: "8
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en
fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. 9 Pongan en práctica lo que de
mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz
estará con ustedes." -Fil. 4:8, 9.
Naturalmente queremos vivir sin
problemas, sin dolor, confortables y llenos de alegría siempre. Intuitivamente
asociamos ese estado ideal, con vivir la paz de Dios. Entonces nos confundimos,
porque la promesa del Señor es esta: ¡fortalecernos, protegernos, darnos
esperanza y guía para atravesar la aflicción! No nos exime de ella. Nos promete
su compañía cuando bajemos al valle de sombra y de muerte: "Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del
mundo." Mt.28:20. “Aun si voy
por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu
vara de pastor me reconforta." -Sal. 23:4. Sí, vamos a atravesar
valles donde la muerte amenaza y aún nos ataca y morimos. Debemos cambiar la
perspectiva de la vida. Viajamos como si nuestro camino fuera un paseo en un
jardín, en el que ocasionalmente nos toca pelear alguna batalla; no obstante,
la realidad es que estamos enfrascados en una guerra continua y cruenta, contra
un enemigo que no es de este mundo. Tome su lugar en esta lucha y defienda su
trinchera día a día. Contamos con los recursos celestiales como soldados del
Reino: "Las armas con que luchamos
no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar
fortalezas." 2Co. 10:4
Consideremos tres armas
sobrenaturales que nos aseguran victoria y paz:
Adoración: respuesta de una persona piadosa ante la tragedia.
El 31 de mayo de 2016, ingresaba
un servidor, al hospital sufriendo un colapso neurológico por Guillain Barré.
Un síndrome que paso a paso, desconecta los músculos del cerebro y desploma a
la persona, como si fuera un muñeco de trapo. Lo último que me quedaba era mi
piel, mi salud; y "chacaprún" desplomado de la noche a la mañana,
literalmente. De modo que, conozco el frío del miedo, las lágrimas como
tormenta, por el beso de la tragedia en mi propia piel. Me inspiró Job, quien
desgarró su ropa y rasuró su cabeza; o sea, estaba destrozado. Sin embargo ¡se
postró y adoró! Job. 1:20 ¡Así enfrenta un hijo de Dios el dolor, la tragedia!
Adoramos a Dios por quién es Él, por sus atributos y su gloria inefables.
Veamos la estrategia del enemigo.
Los versículos anteriores en Job 1, nos relatan las noticias que recibió Job.
Éstas tienen la intención de paralizar a la persona por el pánico: "A los criados los mataron a filo de
espada." "Del cielo cayó un rayo que calcinó a las ovejas y a los
criados." "¡Y la casa cayó sobre los jóvenes, y todos murieron!"
Cuando el devorador paraliza nuestra fe, se ensaña para robar nuestra paz y si
lo logra, nos expone a cualquier ataque, sin defensa. Recordemos que la paz de
Dios es el ejército que nos rodea y protege. Así que, si “perdemos” la paz,
terminamos cayendo poco a poco, en un abismo cada vez más tenebroso. Frente a
esta realidad, debemos elegir la paz, el gozo que es nuestra fortaleza, la
esperanza de Dios; en un acto sencillo de rendición y Fe. Si lo notamos, la paz
de Dios es nuestra herencia y ya está dentro de nosotros: "En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe,
tenemos[a] paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." Ro.
5:1 Por lo tanto, no abrazamos la angustia, la desesperanza, la ansiedad o la
desolación, aunque sí sufrimos su violento asalto. ¡Nos aferramos a nuestra
herencia, nos rendimos y adoramos! Cuando respondemos así ante la tragedia, el
enemigo es derrotado y huye.
Leía un relato que me estremeció.
En la China comunista, encarcelada una muchacha, por traficar biblias; fue
brutalmente violada por doce guardias. Dos semanas después, los perpetradores
lloraban rindiéndose al Señor, mientras su víctima les predicaba a Cristo y
oraba por ellos, en su celda! No se responde así por ir mucho a misa o a culto.
Solo viviendo en La Palabra y doblando nuestras rodillas con frecuencia, no
porque uno es la gran cosa, sino porque no lo es, porque no somos nada sin Él.
Cuando nos asalta la aflicción, respondemos desde La Palabra, una vez más caemos
rendidos, adoramos y atravesamos el valle de sombra y de muerte en paz, con
gozo y esperanza, en medio de nuestras lágrimas; lo cual es un hermoso milagro
de la gracia.
Oración: otra arma celestial, poderosa en esta batalla.
“…la oración eficaz del justo puede mucho.” St. 5:16 La persona
piadosa no corre de primero a medios humanos, ni entra en pánico; sino que
acude a nuestro Abba = Papito. Consideremos este versículo de Santiago paso a
paso:
"la oración..."
Hablamos con Él cara a cara, en intimidad.
"eficaz..." Nuestra
oración es energizada por el Espíritu, es esa oración apasionada en la que el
Espíritu Santo intercede cuando nosotros no tenemos palabras ni claridad: “26 Así mismo, en nuestra debilidad el
Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y
Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.”
-Ro.8:26-28.
"del justo..." Podemos
acercarnos en esta intimidad, porque somos declarados justos por gracia y
vivimos en rectitud.
“puede mucho...” Esta expresión en
el idioma original, es la más fuerte para decir: poder; denota una demostración
gloriosa del poder de Dios.
Podríamos parafrasear las
palabras de Santiago así: “¡Cuando
aquellos quienes han sido justificados, vienen cara a cara ante Abba, en clamor
energizado por el Espíritu, se detona el poder de Dios!”
Cuando colapsé, un ejército de
hermanos estuvieron orando conmigo. ¡Todos vimos el poder de Dios, cuando su
mano me levantó contra pronósticos, de la silla de ruedas! Debí caminar en seis
meses y estar recuperado en un año; sin embargo, caminé a los veintidós días y
a los seis meses estaba totalmente restaurado en mi salud.
Alabanza: ¡Es capaz de hacer temblar la tierra y abrir las
cárceles!
Además de orar en nuestra
aflicción, vamos a alabar a Dios. Sí, cantar alabanzas a su nombre. No negamos
nuestro dolor, lo lloramos ante el Trono. Y nos levantamos de allí con
alabanza, literalmente cantando y exaltando al Señor. Eso nos permite ver el
poder de Dios a nuestro favor. En la alabanza exaltamos a Papá por sus obras
portentosas. El más sencillo acto de respirar, es un maravilloso milagro de la
mano del Dios de la Biblia. ¡Así que estamos rodeados de prodigios en el
universo y en nuestros cuerpos, motivos incontables por los cuales rendir
alabanza. No por cómo nos sentimos, sino porque Él es digno. Permítame
reiterarlo: Contra toda fibra humana, puesto que ésta es una arma espiritual,
poderosa en Dios para destrucción de fortalezas; cuando sufrimos el dolor y la
aflicción física y del alma; abrimos nuestra boca y literal, audiblemente
cantamos alabanzas al Señor. El apóstol Pablo y Silas estaban encarcelados,
flagelados, en la importante ciudad de Filipos. Notemos y celebremos esta
victoria:
“25 A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar
himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. 26 De repente se produjo un
terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al
instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las
cadenas. 27 El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en
par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos
se habían escapado. Pero Pablo le gritó: 28 ―¡No te hagas ningún daño! ¡Todos
estamos aquí! Hch. 16: 25-28
Pablo y Silas, heridos por los
látigos y los golpes, cansados a media noche, con el innegable asalto del miedo
y la angustia por estar encarcelados injustamente y con sus pies en el cepo; no
abrazaron el paquete del dolor y el miedo. Trascendiendo, “se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios”. De inmediato el
objeto de su Fe y exaltación irrumpió poderosamente y no sólo los liberó y
salvó al carcelero y familia; sino que su temor y gloria se dio a conocer en
esa ciudad, ante magistrados y todo el pueblo. Lo vemos en el resto del relato.
Atravesé mi hospitalización y
rehabilitación, cantando alabanzas a Cristo. Mis ojos siguen viendo el poder de
Dios no sólo en mi cuerpo. ¡Aleluya!
¿Y qué cuando, en su soberanía no
nos responde Dios de acuerdo a nuestra expectativa y vemos quebrarse nuestros
sueños y enfrentamos aún la muerte?
Aceptamos la soberanía de Dios.
Él es la resurrección y la Vida, aún si morimos, viviremos por el poder de su
resurrección: "―Yo soy la
resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; 26 y todo el
que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?" Jn.11:25,26. Nos
permitimos ser consolados en un mundo caído, en cuerpos frágiles; sabiendo que
aún no llegamos a Casa, que nuestra herencia es cielos nuevos, tierra nueva y
cuerpos glorificados; sin lágrimas, angustia, enfermedad, dolor, ni muerte.
En esos primeros momentos, cuando
mi cuerpo quedó parapléjico, adoré, di gracias en medio del dolor y de mis
lágrimas. Me dispuse a enfrentar una vida en una silla de ruedas, si esa fuera
mi realidad futura; y me visualicé subiendo así a escenarios para cantar
alabanzas a Papá!
Job vuelve a enseñarnos: “9 Su esposa le reprochó: ―¿Todavía
mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! 10 Job le respondió:
―Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no
sabremos recibir también lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de
palabra.” Job. 2:9,10 “Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y
desnudo he de partir.[d] El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el
nombre del Señor!» 22 A pesar de todo esto, Job no pecó ni le echó la culpa a
Dios.” Job. 1:21,22.
La paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento, ya está dentro de los verdaderos hijos de Dios y nos guarda en
el día malo. Respondemos con adoración, oración y alabanza a la tragedia. El
poder de Dios es demostrado y aún en la muerte, no morimos, viviremos eterna y
juntamente con Cristo por el poder de su resurrección. Esta es nuestra
esperanza, nuestra herencia y el poder a nuestro favor Ef. 1:17-23.
Levantémonos y vivamos vidas extraordinarias, pues nuestro Padre es
todopoderoso y sus obras para con nosotros son asombrosas. Y más allá de
bendecirnos Él demuestra su poder para dar a conocer su nombre, su gloria, para
ser temido y exaltado en toda la Tierra.
Permítame volver a mi vivencia:
Hoy, a menos de un año de mi colapso, estoy totalmente recuperado (desde los
cinco meses) A los 3 meses, me llamaron de TV nacional con dos médicos quienes
sin saberlo, certificaron el milagro. Físicamente hoy me desempeño en toda mi
capacidad, soy un hombre más pleno y Papá le dio un salto a mi vida. Estaré
viajando por distintos países compartiendo la luz de Cristo, con música,
enseñanza, testimonio, especialmente con la gente olvidada. ¡Qué inmensa
misericordia! ¡El mismo Cristo de la Biblia vive y hace milagros hoy! Tome un
espacio de silencio y escuche al Espíritu, derrame su corazón y descanse en Él.
Sígale y experimente la vida más extraordinaria jamás soñada; una que siempre
atraviesa el Calvario para luego disfrutar la inefable gloria de la
resurrección.
Algunos textos de La Biblia, que
nos inspiran y transforman:
"Dios conoce la conducta de los que viven honradamente; la tierra
prometida será de ellos para siempre. Cuando lleguen los días malos no pasarán
vergüenzas; cuando otros no tengan comida, a ellos les sobrará." -Salmo
37:18-19
"¡El Señor hará grandes
cosas! No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará
grandes cosas. No teman, animales del campo, porque los pastizales de la estepa
reverdecerán; los árboles producirán su fruto, y la higuera y la vid darán su
riqueza. Alégrense, hijos de Sión, regocíjense en el Señor su Dios, que a su
tiempo les dará las lluvias de otoño. Les enviará la lluvia, la de otoño y la
de primavera, como en tiempos pasados.
Las eras se llenarán de grano;
los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite. «Yo les compensaré a ustedes
por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas que envié
contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las larvas y las orugas.[c]
Ustedes comerán en abundancia,
hasta saciarse, y alabarán el *nombre del Señor su Dios, que hará maravillas
por ustedes. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!
Entonces sabrán que yo estoy en
medio de Israel, que yo soy el Señor su Dios,
y no hay otro fuera de mí.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!" -Joel 2:18-27
"Aunque la higuera no dé
renuevos, ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del
olivo, y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el aprisco no haya
ovejas, ni ganado alguno en los establos;
18 aun así, yo me regocijaré en
el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
19 El Señor omnipotente es mi
fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela
y me hace caminar por las
alturas." -Habacuc 3:17
Amén y gloria a Dios por lo que hizo con usted y ahora su testimonio.
ResponderEliminarMe impresiona, la palabra cuando dice -HUMILLAOS PUES BAJO SU PODEROSA MANO...es ahí donde uno se acerca al Señor, desnudo y confiesa sus temores, desalientos ... es ahí donde el resto se hace comprensible y podemos hacerlo-ECHANDO TODA NUESTRA ANSIEDAD SOBRE EL...es un cruento aprendizaje de FE...
Gracias, alabo a Dios, por esos momentos que nos permiten reconocer lo finitos que somos y cuanto lo necesitamos a El. Cualquier cosa está bien en sus manos y todo tiene un propósito.
Agradezco a Dios por su vida y su VIDA en usted.
Buenas noches hermano Alexis Valverde, gracias a Dios a por su vida, que es un gran testimonio de Sanidad en su vida en su cuerpo de nuestro Dios, que toda gloria es a Dios por el milgro tan grande en usted.
ResponderEliminarHermano yo soy de la capital de México, y tengo una sobrina que es como mi hermana porque crecimos juntas, ella es cristiana y ama al Señor, solo que desde hace un año en marzo del 2016 eta con las quimios, primero en pastillas, en febrero de este año inyectada, y hace un mes otra ves tomadas, hermano Alexis usted vivio lo que es estar enfermo, y todo lo que se vive con esto,realmente es algo muy fuerte y duro, solo porque conocemos al Señor esque se puede pasar por algo asi, uno como familiar y ella.
Hermano usted podria, orar por ella, aunque se por telefono, o por videollama; lo que Dios le ponga en su corazón a usted.
mi hermana se llama Patricia Reynoso de Martínez.
Y yo me llamo Gabriela Rivera mi correo es griverabalmaceda@yahoo.com.mx
Gracias Dios lo siga bendiciendo y usando en gran manera.
Pido que el poder de la resurrección de Cristo le sea revelado, impacte su salud. Sea hecho en Patricia como ya ha sido hecho en el cielo
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